sábado, 4 de septiembre de 2010

"Mente sana en cuerpo sano"

Tener una vida feliz y gratificante resulta más fácil con un cuerpo y una mente sanos. Los dolores, el malestar y el cansancio son un obstáculo para nuestro bienestar. Sin embargo, para mantener una buena salud no es suficiente con confiar en los médicos. Tenemos que saber lo que nosotros mismos podemos hacer por mantener y mejorar nuestra salud.




Se puede analizar el tema de la salud desde varios puntos de vista. En primer lugar, podemos considerar la dieta.
Aunque la mejor dieta para cada uno de nosotros depende de la constitución y disposición de nuestro cuerpo, todos notaríamos un cambio favorable en nuestra salud si incrementáramos la ingestión de comida natural: frutas y verduras (tanto crudas como cocinadas), grasas no saturadas (aceites vegetales comprimidos en frío) y carbohidratos provenientes de granos enteros. Además, para personas con sistemas digestivos débiles, puede resultar útil o incluso necesario tomar suplementos de minerales, vitaminas o enzimas.


Para tener buena salud también debemos hacer ejercicio físico. De este modo mejorará nuestro sistema circulatorio y se regulará el funcionamiento de nuestro órganos y tejidos. Existen ejercicios físicos que mejoran la capacidad de retentiva mental y ayuda a cultivar un mayor grado de conciencia interna. Prácticas como el Tai Chi o el Yoga son beneficiosas tanto para el cuerpo como para la mente. Otros ejercicios físicos, como la práctica budista de hacer postraciones, nos ayudan a mantener una mente más positiva y receptiva. Sea cual sea la forma de ejercicio que elijamos, es importante que la practiquemos de manera regular para mantener nuestra salud.




Otro aspecto relacionado con la salud es saber darle a nuestro cuerpo el tiempo necesario para descansar y restablecerse. Esto significa que hemos de evitar la actividad excesiva, que puede conducirnos a una reducción de nuestros recursos, energía y ganas de vivir. Debemos intentar tener cuidado a la hora de utilizar nuestros recursos físicos y mentales, y saber cuándo debemos desempeñar nuestras actividades y cuándo es más apropiado descansar y dormir. Por supuesto, no debemos tomar el descanso de nuestro cuerpo y mente como una escusa para la pereza, sino más bien como una forma de recuperar nuestra energía y vitalidad. Dormir demasiado no es más que una pérdida de tiempo.


  

El factor más importante en el estado de nuestra salud, y que a menudo pasa desapercibido para la medicina moderna, es nuestra mente. Todas las enfermedades, de una manera u otra, tienen su origen en la mente. Esto no es fácil de entender. El modo en que nuestra salud depende de la mente es un tema muy extenso, pero a continuación se presenta una breve explicación. Todas nuestras mentes van montadas sobre vientos de energía que circulan por canales sutiles que recorren el cuerpo. La idea de que nuestro cuerpo está atravesado por canales y energías es adoptada por la acupuntura china, por diferentes escuelas de yoga originarias de la India y por las enseñanzas budistas. Estos sistemas tienen en común la creencia de que el equilibrio de las energías sutiles en nuestro cuerpo es el principal responsable de la buena salud.



¿Por qué se desequilibran las energías internas? Los transtornos emocionales interrumpen el flujo de la energía interna. Cuando estos transtornos son prolongados o se convierten en pautas de comportamiento, causan alteraciones en las funciones de nuestro cuerpo y una salud enfermiza. Por lo tanto, el enfado, las frustaciones, la ansiedad, los deseos insatisfechos, etc., son las verdaderas causantes de las enfermedades. Nuestra salud también depende de las huellas impresas en nuestra mente o karma. El karma negativo son huellas perjudiciales causadas por acciones cometidas bajo la influencia de estados mentales incontrolados.




Por lo tanto, para disfrutar de buena salud es importante trabajar con la mente. Esto significa que de forma gradual hemos de:
  1. identificar y abandonar los estados mentales perjudiciales
  2. purificar nuestra mente
  3. mejorar nuestra capacidad de ser felices. Esta es la verdadera esencia de la práctica espiritual.
Si es necesario, podemos utilizar las cada vez más conocidas terapias holísticas, como la homeopatía, la acupuntura, la naturopatía, las flores de Bach y de California, y las técnicas kinesiológicas, así como diferentes formas de masaje. Además, si los síntomas persisten o son graves, debemos acudir a los médicos convencionales. Sin embargo, con formas más naturales de promover la salud, como las que se mencionan en este artículo, debemos ser capaces de mantener nuestro bienestar físico y mental.

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